Como ya estamos en invierno y la humedad ha sido buena, decidí comenzar las reforestaciones nuevamente, por suerte tengo cientos de pequeños arboles que esperan a ser plantados en un monte. Comencé por algo que con unos vecinos hicimos el años pasado y fue recuperar una ladera del cerro, que tenía problemas de erosión, además de haber perdido toda la vegetación mayor, bueno, pues de eso, la historia es conocida, los árboles fueron arrancados, pisoteados y simplemente destruídos... ¿Por quién?..vaya uno a saber...pero las ganas siguen ahí, así que doné 15 arboles nativos principalmente.
Por supuesto la contaminación sigue, estaba con papaeles y cosas, a pesar que los vecinos pusieron por su cuenta un contenedor para la basura, que retiran a diario, siempre encontramos personas que ven una facilidad tremenda tirar un papel a la calle, más que guardárselo en el bolsillo.
Limpiamos toda el área y la idea es, en cierta forma, replicar el tipo de bosque esclerófilo costero con que contamos en la ciudad, y poner una especie de cada tipo...
Estábamos en eso, cuando un vecino se imaginaba lo grande que estarían los árboles que pusimos hace un años si no los hubiesen arrancados, pero bueno, queda el consuelo que poco a poco crearemos conciencia acerca del cuidad de la vegetación y todo lo que nos rodea.
Así queda al final, por suerte logran camuflarse con el verde del pasto...
Me voy con la satisfacción de haber plantado, molles, sennas, peumos y quillayes...que siempre es un gusto, pero más aún con la alegría de ver que cuando ofrecemos nuestra ayuda, los vecinos y los barrios se aníman a cuidar, todo se basa en el sentido que significa vivir en una comunidad.
Un saludo
Pablo L.
1 comentarios:
Una labor excelente, que esperemos que algún desaprensivo, como ya dijiste que pasó antes, fastidie el esfuerzo de gente responsable y comprometida con el medio ambiente.
Me gusta tu blog.
Un saludo.
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